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¿Qué sabes sobre los gérmenes que se esconden en tu colchoneta de yoga?

Por:
Univision

El yoga es una disciplina ancestral que ofrece múltiples beneficios tanto a nivel físico como mental y se ha vuelto popular en el occidente. Sin embargo, hay un factor que se suele olvidar entre quienes lo practican: la higiene de la colchoneta. Numerosos profesionales de la salud y científicos afirman que las superficies de goma de este tipo de objetos en contacto con el sudor del cuerpo y la humedad de los ambientes constituyen verdaderos caldos de cultivo para gérmenes y bacterias. Encuentra aquí  todo lo que deberías saber sobre los gérmenes en las colchonetas de yoga.

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Más contaminadas de lo que imaginamos

Hay expertos en la materia que consideran que una colchoneta de yoga está mucho más contaminada que un teléfono celular y que un asiento de avión. Esta realidad tiene que ver con el hecho de que las colchonetas están en contacto directo y frecuente con la piel que, de por sí, ya contiene bacterias.

De acuerdo con el médico experto en fisiatría y reumatología Robert Lahita, profesor de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, «nuestro cuerpo cuenta con estos microorganismos que, gracias a la sudoración, salen a la superficie». Es más, las personas que practican yoga tienen un contacto importante con la colchoneta desde zonas del cuerpo que son particularmente grasosas como la espalda, la planta de los pies, la barriga y la frente.

Los virus y bacterias en las clases de yoga

Imagen Shutterstock

Por el material del que están fabricadas y por el contacto directo con la piel, las colchonetas se vuelven objetos susceptibles a los gérmenes y bacterias que puedan encontrarse en el ambiente. Es importante saber que las bacterias pueden vivir desde unas horas hasta cinco días, mientras que los virus sobreviven varias semanas.

En este sentido, se debe tener en cuenta que los centros de yoga son similares a los gimnasios: ambientes muy concurridos en los que entran y salen varias personas a lo largo de todo el día durante varios días seguidos. Es posible que en algunos espacios dedicados a esa actividad no se preste demasiada atención a las medidas de higiene pertinentes,  lo que aumenta la posibilidad de contagio de determinados microorganismos que pueden afectar la salud.

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Los riesgos

Al compartir la colchoneta de yoga podrías contagiarte de hongos plantares o de virus que provocan fiebre y resfríos. También hay riesgo de entrar en contacto con Corynebacterium, las bacterias responsables de producir acné e inclusive de provocar  herpes u otro tipo de infecciones.

Cabe aclarar que si utilizas tu propia colchoneta lo más probable es que entres en contacto con tus propios gérmenes y que no existan mayores riesgos. De todos modos, si has estado enfermo lo mejor es higienizar correctamente la colchoneta para evitar que, una vez sano, vuelvas a contagiarte de la infección.

La higiene adecuada

Imagen Shutterstock

Para que la posibilidad de contagio no fragüe los aspectos sumamente positivos del yoga, hace falta considerar una higiene adecuada de la superficie en la que llevas adelante la práctica. Aquí van algunos tips a tener en cuenta:

  • Invierte en una colchoneta de calidad. ¡Y recuerda llevarla a las clases! De esta forma evitas usar las que han sido utilizadas por otras personas. Además es la única manera de corroborar que haces cada asana (postura corporal) sobre una superficie limpia.
  • Desinfecta tu colchoneta antes y después de cada uso. La limpieza de los pisos en los estudios de yoga no siempre son una garantía y existe la posibilidad de que, tras apoyarla, te lleves a casa microorganismos indeseables. Existen limpiadores no tóxicos diseñados especialmente para limpiar este tipo de superficies. De lo contrario, puedes mezclar jugo de un limón con bicarbonato y agua para eliminar virus y bacterias e incluso evitar malos olores.
  • Lavarse las manos antes y después de la clase y tomar una ducha son alternativas también útiles a la hora de mantener a raya microorganismos indeseados.
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¿Qué pasa si te olvidas de tu colchoneta?

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Pues en este caso lo ideal sería desinfectar la prestada antes y después de la práctica. También puedes apoyar una toalla encima para minimizar todo lo posible el contacto de la piel con el material de la colchoneta. Evita tocarte el rostro ya que en esta acción podrías estar llevando cientos de gérmenes a tu cuerpo sin siquiera notarlo.

El yoga es fantástico para estirar los músculos, mejorar la flexibilidad, disminuir el estrés y equilibrar la mente. Ya sabes, si amas el yoga evita utilizar colchonetas ajenas e intenta llevar una propia a las clases. Recuerda además limpiarla con frecuencia para evitar que se alojen microorganismos que pueden afectar tu salud.

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