
La respuesta de Donald Trump ante la pandemia por COVID-19 (coronavirus) ha estado llena de polémica desde el inicio.
En primera instancia, el mandatario estadounidense recomendó medicamentos de dudosa efectividad contra el coronavirus. El punto más controversial, fue cuando sugirió inyectar desinfectante a los contagiados, levantando la alerta y la indignación de la comunidad médica ante tan peligrosa idea.

En asuntos más "cotidianos", es un hecho que para el presidente es prioridad restablecer la economía estadounidense a cualquier precio. Por ello, levantar cuarentena y reabrir negocios no esenciales, son medidas que comienzan a visibilizarse en el país.
Si bien el doctor Anthony Fauci —principal asesor médico de la Casa Blanca y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID)— aseguró que lo más probable es que los segundos brotes de COVID-19 lleguen en otoño, Trump tiene un posicionamiento claro: nunca más volverá a cerrar la economía del país, ni siquiera con el incremento de casos de coronavirus en el futuro.

Al momento de dar estas declaraciones, el mandatario justo se encontraba en un recorrido por la fábrica Ford de Michigan. Ante diversos medios locales, habló de sus expectativas para nunca volver a parar la "gloria de la economía estadounidense":

La preocupación de la ciudadanía y la comunidad médica es justificable. Para los expertos, los brotes de coronavirus podrían empeorar en otoño y ampliar el desafío actual.
¿Por qué el coronavirus sería más letal en otoño?

Robert Redfield —director de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC)— llamó a los estadounidenses a prepararse desde hace meses para "lo peor".
El especialista calcula que si hay una segunda ola de contagios de COVID-19, se darían con mayor fuerza entre otoño e invierno.

Ello sería desafiante para los sistemas de salud (que de por sí ya trabajan a marchas forzadas). De acuerdo a Redfield, el COVID-19 se empalmaría con la "estación de influenza", la cual tiende a iniciar en los primeros días del otoño cada año:

Los sistemas de salud no están preparados para lidiar con las dos enfermedades al mismo tiempo. Por principio de cuentas, el diagnóstico de cada una de las enfermedades se dificultaría debido a síntomas similares, muchos podrían recibir el tratamiento erróneo y las pruebas certeras podrían agotarse con facilidad.
En el 2009 con el brote de la influenza AH1N1, el país vivió los efectos de una segunda ola de ésta, cuando se juntó con la temporada normal de influenza común.
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