
Cuando nuestros hijos se parecen a su papá, sentimos que es un poco injusto el hecho de que después de 9 meses de tenerlos en nuestro vientre, no tengan ni las uñas del pie como nosotras.
Pero no te preocupes, esto le traerá muchos beneficios a tu hijo, de acuerdo con un estudio que realizó la Universidad de Binghamton y fue publicado en la revista Journal of Health Economics.

Los bebés que se parecen más a sus papás tienden a pasar más tiempo de calidad con ellos, lo que contribuye a que sean más sanos al cumplir su primer año.
Los investigadores llegaron a esta conclusión gracias a la teoría de que los bebés que se parecen a sus papás generen en ellos el instinto de cuidarlos, supervisarlos y recopilar información para atender sus necesidades e involucrarse en la crianza.

«Cuando los papás se involucran en la crianza de sus hijos se ve reflejado en la salud de los pequeños», dice Solomon Polachek, líder del estudio.
Pero antes de pensar que los papás no se involucran en la crianza si los bebés no se parecen a ellos, hay que entender cómo fue la investigación, pues se realizó entre papás e hijos que no vivían en la misma casa.

El equipo de investigadores analizó la interacción que tenían los papás y bebés que vivían separados. El resultado fue que los papás que tenían hijos muy parecidos a ellos pasaban 2.5 días más al mes con los niños, en comparación con los que no tenían más parecido.
Los bebés que estaban más conectados a sus papás, y los cuales estaban más involucrados en su crianza, visitaron con menos frecuencia al doctor por emergencias médicas. También presentaron menos probabilidades de sufrir asma y otras enfermedades, de acuerdo al estudio.

Pero esto no se trata únicamente de si los hijos se parecen a ellos o no.
La importancia que hay detrás de este estudio, además del dato curioso de que el parecido hace que los hombres se enganchen mejor, es que el tiempo de calidad entre padre e hijo tiene más beneficios de lo que pensamos para ellos: desde su salud, hasta el desarrollo de sus habilidades y su futuro escolar.
Este texto fue publicado originalmente en Naran Xadul.
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