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El lado positivo de la mamitis: los expertos explican las bondades tras ella

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Por:
Ericka Chavez.

A la hora de tener y criar a un bebé, siempre hay muchas dudas con respecto a cuál es la “mejor” manera de hacerlo

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Por un lado, la familia de los padres siempre tendrán sus propias opiniones, mientras que los expertos en pediatría y psicología, aportan mucha información para tomar en cuenta.

Uno de los temas en los que parece no haber consenso, es el fenómeno llamado popularmente "mamitis."

Se trata de cuando un bebé o niño pequeño está muy apegado a su madre (o su principal cuidador) y parece que no hay manera de que se separe de ella.

La mayoría de las personas diría que ésta es una conducta inapropiada y que se debe evitar a toda costa. Sin embargo, los expertos en psicología infantil opinan lo contrario.

De acuerdo con diferentes especialistas, hay una etapa definida como "apego" y todos los niños pasan por ella tarde o temprano.

Sin embargo, hay diferentes tipos de apego: aquel que desarrolle una madre (o cuidador) con el bebé, determinará en gran parte cómo será cuando crezca.

El apego seguro es el más recomendado para los bebés.

Éste se caracteriza porque el bebé (o niño) busca estar cerca de su madre: se siente mucho más seguro de explorar o probar cosas nuevas, cuando ella está cerca... aunque también tiende a desarrollar ansiedad si la ve lejos. Ese es el punto en el que se debe trabajar.

Eso sí: antes de erradicar la ansiedad por completo, hay que entender el lado "positivo" de la mamitis: va más allá de la dependencia. En realidad, la atención de los padres es vital para que el bebé sepa que contará con ellos en el mediano plazo, una herramienta fundamental para su sano crecimiento.

Puede que parezca todo lo contrario, pero si un bebé tiene la noción de que sus padres le cuidan con frecuencia, desarrollará mayor confianza en sí mismo. Será cuestión de tiempo para que se vuelva autónomo de manera natural.

Imagen Thinkstock

Otros de los beneficios a largo plazo del apego seguro (o "mamitis") son una mejor autoestima y confianza, así como mejorar la gestión de las emociones.

Así que ya lo sabes, si tu pequeño o pequeña parece no poder separarse de ti, no tienes mucho de qué preocuparte.

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Eso sí, los especialistas advierten siempre de los excesos: si comienzas a notar mecanismos de manipulación a partir de los tres años de edad, es momento de buscar ayuda profesional.

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