
Cuidar a un recién nacido puedes ser muy estresante para las mamás primerizas, sobre todo cuando notan alguna irritación, granito o alergia en su delicada piel. Si estás pasando por eso, tranquila, a continuación te compartimos algunos problemas dermatológicos que los bebés pueden padecer y cómo afrontarlos.
¿Son normales las manchas?
Quizá te sorprenda, pero las manchas en la piel de tu pequeño durante su primer año de vida son más comunes de lo que podrías imaginar.

Es normal que aparezcan en distintas partes de su cuerpo, a manera de enrojecimientos, ya que la piel de los bebés es extremadamente sensible.

Su pielecita puede reaccionar ante un sinnúmero de cosas, los mismos rayos del sol pueden hacer que se enrojezca porque es sumamente delicada.

La buena noticia es que los tipos de manchas pueden identificarse fácilmente, para que no te preocupes cuando no hay necesidad. A continuación te vamos a decir algunas posibles causas de ellas, pero de cualquier manera consulta a tu pediatra para tener un mejor seguimiento.

#1 Acné neonatal
Los granitos en algunas partes del cuerpo de tu pequeño son muy comunes en las primeras tres semanas de nacido. Sin embargo, también pueden presentarse después, incluso hasta los seis meses.

Puedes identificar este acné como pequeñas bolitas rojas o blancas que brotan en su frente, espalda y sobre la superficie de su cutis.

Como ya lo comentamos, este tipo de acné es bastante común en los pequeños, así que no es necesario llevar a cabo ningún tratamiento específico para eliminarlo, solamente lavar bien el área con jabón neutro para bebé y agua tibia.

En caso de que los granitos no desaparezcan solos rumbo a los seis meses de edad, consulta al pediatra para ver si se requiere un tratamiento contra el acné.

#2 Rozadura de Pañal
También se le llama dermatitis de pañal o pañalitis. La puedes identificar como manchas rojas en sus pompis y en su zona genital.

Este tipo de mancha aparecen porque el bebé está en contacto con sus heces y su orina durante mucho tiempo, así que la solución es cambiarlo con más frecuencia.

También se recomienda aplicar una crema especial que alivie el ardor. Nadie mejor que el pediatra para recomendarte la marca más adecuada para el problema.

#3 Seborrea
Puedes detectar que tu bebé tiene este problema, también conocido como costra láctea, si le aparecen manchas rojas en la zona de las cejas y el cuero cabelludo.

Otro síntoma muy evidente es que se le forme una capa gruesa color amarillo (tipo costra) en la cabecita, parecida a la caspa.

Este padecimiento es bastante común en pequeños menores de tres años. Incluso puede aparecerles en zonas inusuales como las pestañas, las orejas, el pliegue de la nariz y la parte posterior del cuello.
La seborrea no está asociada con falta de higiene ni nada por el estilo, de hecho se desconoce la causa exacta por la cual aparece. Lo que sí es un hecho es que no le causa molestias al bebé y se quita sin necesidad de medicamentos.
Para controlarla, lo único que se recomienda es lavar muy bien la cabecita del bebé y peinarlo con un cepillo de cerdas suaves, para retirar las escamas que se vayan desprendiendo.

#4 Intertrigo
Si nunca has tenido hijos, es probable que esta palabra no te resulte familiar. Básicamente se trata de una mancha roja que aparece en los pliegues del nene.

Se presenta principalmente en la zona de las piernas (detrás de las rodillas) y del cuello, sobre todo cuando los bebés menores de seis años tienen sobrepeso.
Generalmente el intertrigo no le molesta mucho a los nenes, sólo en caso de que la mancha sea muy grande pueden llegar a presentar dolor.

Para solucionar este problema dermatológico, se recomienda lavar y secar muy bien el área afectada y aplicar una crema que contenga vitamina A. Pide a tu doctor que te recete la mejor.

#5 Miliaria
Este problema consiste en la aparición de pequeñas bolitas o mini ámpulas rojas en algunas partes del cuerpo. Es causado por el exceso de calor.

En algunas ocasiones las mamás tienen tan tapados a los niños, que estos se acaloran mucho y los poros de su piel se obstruyen, provocando que se formen estos brotes cuando sudan.

Los lugares más comunes donde aparece la miliaria son los brazos, las rodillas, y sobre todo la espalda y el cuello. Sin embargo, puede llegar a verse en otros sitios también.
La manera más fácil de evitar este problema es vestir a tu bebé de manera adecuada, tomando siempre en cuenta el estado del tiempo.

No le pongas demasiadas capas de ropa en momentos de calor o cuando no se requiera abrigarlo en exceso. En lugar de protegerlo, estás boqueando sus poros.

Además, es buena idea no pasar demasiado tiempo en el auto con el bebé. A veces puede concentrarse mucho calor en el interior y provocar este problema.

#6 Quistes de Millium
Son pequeñas bolitas color blanco que aparecen en el rostro y que miden menos de un milímetro. Generalmente las podemos ver en las mejillas, en la nariz o en la zona cercana a los ojos.

Esta alteración en la piel es muy común en los recién nacidos. Según las estadísticas, 40% de los bebés la presentan a los pocos días de nacer.
Aunque te cueste trabajo creerlo, estas diminutas manchitas (que asemejan pecas blancas) no le causan ninguna clase de comezón, picor o molestia a tu pequeñín.

El tratamiento para los quistes de millium es muy básico. Lo único que tenemos que hacer es lavar muy bien la carita del bebé para que esté limpia y en buen estado.

Evita por completo exprimir o frotar estos granitos, ya que podrías dejarle marcas a tu pequeño. No tienes de qué preocuparte, en pocas semanas desaparecerán por sí solos.

#7 Dermatitis atópica del lactante
Se trata de una enfermedad inflamatoria que se caracteriza por piel seca, lesiones y ardor intenso en la piel.

Es la enfermedad de la piel más común en bebés y niños. Se calcula que el 10% de los pequeños la van a sufrir en algún momento de su crecimiento.
Esta dermatitis, conocida comúnmente como eczema, puede presentarse desde edades tan tempranas como las seis semanas de vida.
En los pequeños lactantes, los brotes aparecen en zonas como las mejillas y la cara, el cuero cabelludo, el tronco y las zonas externas de manos y pies.

Es muy importante que si notas este tipo de lesiones, acudas al pediatra de inmediato para que pueda diagnosticar correctamente a tu pequeño. No confundas estos síntomas con los de miliaria, pues aquí las manchas son mucho más grandes y rojizas.
Desafortunadamente, no se conocen las razones exactas de este padecimiento, aunque los especialistas creen que puede tener causas genéticas o inmunológicas.

Para cuidar a tu pequeño cuando tenga un brote de este tipo, báñalo con agua tibia, sécalo muy bien, aplícale la crema o pomada que mandó el doctor y vístelo con ropita de algodón.

Las temperaturas muy frías o muy calurosas son disparadores de la dermatitis atópica, así que observa a tu pequeño con especial atención durante el invierno y el verano.

#8 Angiomas planos
También se les llama hemangiomas. Son unas manchas planas, lisas, de color rosado o rojo claro, que aparecen sobre todo en la nuca, en los párpados o en la frente.

Casi el 100% de los angiomas que le salen en la carita a los bebés desaparecen pasado el primer año, así que si notas estas manchas en su cutis no te preocupes demasiado.
Curiosamente, este trastorno de la piel es más común en niñas que en niños. Es tres veces más probable que una beba lo presente.

También hay una variante de este angioma que se presenta en 3 de cada 1000 bebés. En lugar de ser una mancha rosada, aparece una de color rojo oscuro que puede no quitarse con el paso del tiempo.
#9 Varicela
Como sabes, se trata de un enfermedad muy común en la infancia, que además es sumamente contagiosa y molesta para los pequeños.

En ocasiones, los papás primerizos pueden confundirla con miliaria o un simple sarpullido, pero se trata de algo más delicado, así que hay que poner mucha atención.

Las zonas donde la varicela comienza a brotar son la nuca y detrás de las orejas. Si notas manchitas rojas en estas partes del cuerpo de tu bebé, en un día o máximo dos, éstas se habrán extendido por el tronco y otra zonas más visibles.

Hay que tener mucho cuidado, ya que los bebés con varicela son más propensos que los niños más grandes a desarrollar complicaciones por esta enfermedad.

Es fundamental que consultes a tu pediatra si tu bebé se contagió, para que vigilen su temperatura y otros factores que ayudarán a tener en orden la evolución de la enfermedad.

Una buena idea es vacunar a tu bebé contra la varicela. Pregúntale al doctor qué momento es el más adecuado para hacerlo y toma esta precaución que te ahorrará muchas angustias.

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