
No importa que hayan pasado 14 años desde que se estrenó El diablo viste a la moda, pues continúa siendo una de las mejores chick flicksde todos los tiempos. Además, es uno de los trabajos más recordados de Anne Hathaway.
Lo que no todos saben es que ella vivió algo muy similar a lo que atravesó su personaje. Esta es la historia.

Como recordarás, la película se centra en Andrea, mejor conocida como Andy, quien es una joven periodista que se postula para trabajar como la asistente de Miranda Priestly, editora en jefe de la revista Runway.
Su propósito es generar experiencia en esa área, para así hallar un mejor empleo que sea acorde con su profesión.

Sin embargo, su estadía ahí se vuelve más difícil de lo que piensa, pues no encaja con las otras personas que trabajan en aquel lugar. Además, su jefa es sumamente demandante, lo que también le trae problemas en su vida personal.

Poco a poco, Andy comienza a sentirse más segura en su empleo e incluso aprende a ver las ventajas que tiene la industria de la moda, así como el gran reto que representa trabajar en ella. Sin embargo, le es difícil equilibrar su profesión con sus relaciones sentimentales.

Anne Hathaway pasó por lo mismo que Andrea
Curiosamente, Anne Hathaway se identificó a la perfección con el personaje, pues vivió situaciones muy similares justo cuando estaba filmando la película.

En primera instancia, la actriz tuvo que modificar su peso para encajar con el papel. Cuando consiguió el rol protagonista, la producción le pidió que subiera de peso, pues estaba muy delgada, ya que acababa de recuperarse de una cirugía. Fue así que subió 5 kilos y cuando fue a la prueba de vestuario, éste no le quedó, así que tuvo que bajar de nuevo.

Además, tanto ella como Emily Blunt tuvieron que llevar una dieta restrictiva para mantenerse en un peso bajo. Esto porque se quería plasmar como las mujeres de la industria de la moda suelen ser sumamente esbeltas. Esto hizo que incluso lloraran por el hambre que tenían.

Eso no es todo, Anne también se enfrentó al difícil carácter de Meryl Streep. Esta última se metió totalmente en el personaje, así que después de decirle a su co-estrella lo mucho que la admiraba, le hizo saber que ese sería el último comentario amable que recibiría de su parte y así fue.

La actriz que dio vida a Miranda decidió que lo más conveniente para dar su máximo desempeño, era no empatizar con el resto del elenco. Aunque esto también fue muy difícil para ella, se mantuvo firme y a veces era muy dura con Hathaway, lo que en ocasiones generaba tensión en el set.

Por último, Anne se enfrentó también a un novio controlador y poco comprensivo, justo como lo es Nate en la cinta.

En ese entonces, ella tenía una relación con Raffaello Follieri, un agente de bienes raíces que posteriormente fue acusado de fraude.

Él no estaba de acuerdo con el trabajo demandante de la actriz, así que se molestaba mucho cuando ella tenía que filmar durante la noche. Por eso, cuando el rodaje se extendía, la protagonista de El diablo viste a la moda se estresaba bastante.

Afortunadamente, Anne terminó esa tóxica relación y siguió adelante con su prometedora carrera. Y los demás retos que superó, nutrieron su trayectoria. Gracias a eso, ganó el premio Oscar a mejor actriz en 2013, por la cinta Los miserables.

Está claro que Anne Hathaway es una mujer admirable.
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