
Gracias a su interesante trama e icónicos personajes, Las Crónicas de Narnia es considerada una de las mejores sagas infantiles que ha visto el cine hollywoodense.
Basada en las novelas homónimas de C.S. Lewis, el filme aborda la historia de un reino paralelo a la realidad que lleva por nombre Narnia. Es un mágico lugar, en donde conviven miles de criaturas fantásticas y que es gobernado por un león llamado Aslan.

En adición a sus increíbles efectos especiales, dicha franquicia esconde un par de secretos que solo los verdaderos seguidores han sabido detectar. A continuación te mostramos los más curiosos.
¿Estás listo para quedar con el ojo cuadrado? ¡Comencemos!
#1 ¿Jesucristo?
Aslan es mostrado como un ser omnipresente, poderoso y que posee la verdad absoluta. Su imagen, representada por la de un león parlante, tiene cualidades muy parecidas a las de una figura que todo el mundo conoce… ¡Jesucristo!
Esta teoría fue confirmada, luego de que una madre preocupada le escribiera una carta a C.S. Lewis. En ella, la señora mencionaba que su hijo Laurence estaba seguro de que eran la misma persona.
Aunado a su sospecha, el pequeñito se sentía culpable porque, de alguna forma, sentía más aprecio por Aslan que por el propio Jesús. A forma de réplica, el autor contestó lo siguiente:
«Las cosas que Aslan hace o dice y por las cuales Laurence lo ama, son simplemente las cosas que Jesús hizo o dijo. Así que cuando su hijo piensa que él ama a Aslan, él realmente está amando a Jesús: y quizás mucho más de lo que antes le amó», dijo.

#2 El reino de Dios
Luego de que el autor resolviera este misterio, los seguidores se dieron a la tarea de buscar más referencias que se vincularan con la religión católica. Para su sorpresa, los estudiosos descubrieron que toda la saga estaba basada en un solo libro: la Biblia.
Narnia, por ejemplo, representa el reino de Dios visto desde la perspectiva cristiana.
Según los expertos, este mágico lugar donde conviven una infinidad de seres mágicos y al que solo tienen acceso los niños, es el mismo sitio en donde Jesús cuida y protege a los más pequeñitos.

¿La prueba? Este emotivo y esperanzador diálogo de Aslan en Las Crónicas de Narnia: la travesía del Viajero del Alba.
«Yo los protegeré ahí siempre. En su mundo tengo otro nombre, deben aprender a conocerme por él. Esa fue la razón de que vinieran a Narnia, al haberme conocido, también sabrán buscarme allá».
#3 El armario escondido
La única forma de ingresar a este sitio es a través de un viejo armario. Lo que para los adultos es un simple mueble, para Peter, Susan, Edmund y Lucy representa la entrada a una nueva realidad.
De acuerdo con los conocedores, este mágico objeto simboliza la Biblia y el Reino de Dios.

#5 Aslan resucita
El rey Aslan siempre demostró tener un temperamento valiente y compasivo. Dicha actitud se ve reflejada cuando se sacrifica en la mesa de piedra para recibir el castigo de un niño.
El león sufre de golpes, vejaciones y más agresiones que son muy (pero muy) parecidas a las que vivió *redoble de tambores*... Jesús.
Aun después de que le escupen, torturan e insultan, Aslan logra resucitar de las cenizas y seguir gobernando este mágico reino. ¿Te suena familiar?

#6 Antivalores de la Biblia
Como en toda historia, es necesario que exista un personaje malvado y super engañoso que atormente a los protagonistas y los haga sufrir.
En la primera entrega este papel es llevado a cabo por Jadis, la bruja blanca que representa la lucha del mal contra el bien.

Así como este personaje simboliza el pecado, hay otros personajes que también son asociados con distintos valores y antivalores de la religión cristiana.
Por ejemplo: Reepicheep (valentía), Edmund (soberbia y orgullo), Lucy (fe), Caspian (justicia), Eustace (cambio), Jadis (arrepentimiento), Aslan (sabiduría), Jill (desobediencia), por mencionar algunos.

#7 Amistad con J. R. R. Tolkien
Estos simbolismos fueron inspirados gracias a la increíble amistad entre J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis.
El autor de El señor de los anillos, un católico de corazón, pudo influenciar en el proceso creativo de este famoso autor, quien, por cierto, era un agnóstico empedernido.

Tras su entrada al cristianismo, el escritor de Las Crónicas de Narnia se encargaría de escribir una serie de obras que estarían repletas de guiños hacia esta religión.

De hecho, ambos escritores formaron parte de 'Los Inklings', una organización donde varios estudiantes de la Universidad de Oxford e intelectuales, se juntaban a intercambiar ideas y compartir escritos sobre teología. ¡Wooow!
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