¿Por qué "El Hoyo" es la película necesaria para reflexionar la crisis actual?

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Por:
Raúl Cruz.
Publicado el 3 abr 20 - 12:57 PM CST. Actualizado el 3 abr 20 - 01:05 PM CST.

La película española El Hoyo se ha convertido en el tema de conversación en medio de una cuarentena internacional por la pandemia de coronavirus, y no es extraño que el mensaje que transmite sea extrapolado a la situación que vivimos.

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Pero, exactamente, ¿qué nos puede decir esta película sobre cómo estamos viviendo una crisis sanitaria mundial?

La pandemia de coronavirus ha provocado un golpe directo a la economía mundial: mientras miles de centros de trabajo y fábricas se han visto forzados a cerrar, los mercados internacionales han tenido pérdidas históricas que no se habían registrado desde la crisis financiera del 2008.

En países como Estados Unidos, el índice de desempleo creció de 3.7% en diciembre de 2019 a 17% en marzo de 2020; si bien esta crisis ha afectado a las empresas y podría representar un año de pérdidas, para las personas desempleadas, con salarios recortados o que son trabajadores independientes, la crisis sanitaria puede entrelazarse con la económica y costarles la vida.

Imagen Thinkstock

De acuerdo a múltiples analistas, el coronarivus y la crisis económica afectarán directamente a las personas más pobres, y, además de los datos macroeconómicos, esto puede verse en historias individuales.

En Brasil, la quinta víctima mortal del COVID-19 fue una trabajadora del hogar que fue contagiada por su empleador, un portador asintomático del virus que regresó de un viaje a Italia. Sin seguro médico, la salud de la trabajadora de 63 años se deterioró rápidamente y murió el 19 de marzo.

La inequidad económica producida por y para el sistema en el que vivimos se ha convertido, en medio de esta pandemia, en un tema central cuando se habla, por ejemplo, de la urgencia de mantenerse en casa: ¿qué pasa con los millones de trabajadores que tienen que salir a trabajar o no comen?

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Miles de personas tienen la posibilidad de guardar cuarentena porque tienen empleos que permiten el home office o simplemente no tienen que trabajar y pueden guardarse en casa por 40 días; sin embargo, se señala y acusa a los millones que se ven forzados a arriesgarse a contraer, esparcir (y contagiar a sus familias) porque no tienen seguridad social ni apoyos para guardarse.

El Hoyo y la inequidad

«Hay tres tipos de personas: los de arriba, los de abajo y los que caen», son las primeras palabras que se escuchan en El Hoyo. El sistema de la torre (que nunca sabemos si es prisión, centro de aislamiento o experimento social) ha logrado entrar en la psique de sus internos y sólo pueden entender así un mundo inherentemente injusto.

Las leyes que rigen "el hoyo" son sencillas: se come una vez al día un festín que tiene que recorrer todos los pisos de la torre, desde el primer nivel hasta el último comen de la misma mesa: en el nivel 43 comen los restos dejados por los otros 42 pisos arriba, y en el 200 rezan para que llegue algo de comer.

Los reos, en parejas siempre, son trasladados a niveles aleatorios cada 30 días. Imoguiri, la trabajadora de la Administración que registra la entrada de los reos y que se ofreció como voluntaria, dice que la intención del Centro Vertical de Autogestión (el nombre "real" del Hoyo) es generar un acto de "solidaridad espontánea".

En la narrativa de la película, la inequidad es la posición (aleatoria) de los reos: quienes apenas sobrevivieron un mes en el nivel 200 pueden estar, luego, en el 5 y van a comer como no comieron en un mes, sabiendo que pueden no volver a comer al mes siguiente.

Así, los únicos elementos de una superestructura gubernamental son las reglas simples del CVA: el miedo y la paranoia ante lo que hagan los de arriba y el compañero son los que rige las acciones de todos los reos.

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Como con muchas películas de tesis, el universo de El Hoyo no se explica en relación con el nuestro porque no lo necesita: no obstante, la rebelión de los personajes, las pequeñas acciones de resistencia en un sistema que le sobrevive y le tienen sin cuidado son lo que nos permiten trazar esas comparaciones.

Imagen Thinkstock

A diferencia de lo que ocurre en nuestro mundo, la inequidad en esta película se confronta con un mensaje: uno cifrado dentro de El Quijote y convertido en acciones directas por dos personajes que comprenden que, más que intentar que "todos hagan su parte", es necesario hacer la parte por todos.

La niña, la pandemia y el mensaje

El Hoyo ha generado múltiples lecturas y explicaciones porque su mensaje está cifrado en dos elementos: las referencias literarias (la lectura final de El Quijote), lo abierto de su final y la simbología visual que va apoderándose de la película conforme avanza su trama.

Una interpretación que se ha hecho a la mención constante del Quijote es que se busca señalar la importancia de la virtud individual, especialmente en el fragmento del capítulo sexto de la segunda parte leído por Goreng casi al final de la película.

quote: “Al caballero pobre no le queda otro camino sino el de la virtud, siendo afable, bien criado, cortés y comedido, y oficioso, no soberbio, no arrogante no murmurador, y, sobre todo, caritativo…".

Sin embargo, cualquier lectura individualista se cancela en sí misma por el sacrificio de Goreng y Baharat: la decisión que toman busca, al mismo tiempo, socializar la única riqueza que tienen (la comida) y para ello deciden construir algo semejante al monopolio de la violencia del Estado.

Para ello deben sacrificarse y forzar a quienes están arriba no a entender que sus acciones son "en beneficio" de los de abajo (porque no lo entienden), sino que son necesarias en medio del Estado de Excepción en el que viven.

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Trazar comparaciones entre ficciones y la realidad siempre es un ejercicio tramposo, más con películas como El Hoyo, pero quizá sea necesario para comprender cómo opera la sociedad y el Estado frente a crisis que brotan, al mismo tiempo, por factores externo y por debilidades internas.

La debilitación de la red de seguridad social de los Estados tras la imposición del sistema económico en el que vivimos dejó el antecedente para una respuesta poco efectiva frente a una pandemia que requiere esfuerzos sobrehumanos del sector Salud y sacrificios constantes de la sociedad en general.

Quienes podemos hacer home office y tenemos asegurada la quincena, estamos en los niveles superiores, y la crisis nos ha obligado a guardar uno o dos o tres días de ayuno. Para quienes su situación económica, laboral o incluso de vivienda ya era precaria, esta crisis no hace más que aumentar la incertidumbre.

Si la niña al final de la película es "el mensaje", ¿quién o qué será el mensaje para el nivel 0 cuando lleguemos al final de esta pandemia?

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