
La personalidad, el sentido del humor, los valores, el físico, los intereses suelen ser factores que nos cautivan de nuestra pareja o crush. No obstante, ¿eres de aquellos a los que también les conquistó su olor?
Para muchos el olor de su pareja es un elemento importante en la relación y en la atracción que sintieron desde el primer momento por el otro. Algunos tienen super identificado cómo huele su novio o novia y, en ocasiones, incluso tan sólo percibir su olor en una sudadera les parece embriagante y bonito.

Sin embargo, en general, aunque no seas de esos que reconocen que el olor de su pareja es importante, tu cuerpo solito lo identifica dentro de los aspectos que considera o no atrayentes del otro.
El aroma de una persona es un elemento clave en la atracción que se siente por él o ella.

En realidad, no es el olor a secas de la persona, sino los singulares componentes genéticos que cada uno tiene y suelen ser percibidos por estímulos olfativos.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Dresden, Alemania, cada quien tiene unas proteínas conocidas como antígenos leucocitarios humanos (HLA, por sus siglas en inglés) que son parte del sistema inmune, los cuales tienen una incidencia en lo que nos atrae o no.

En este sentido, la doctora Lindsey A. Bordone del Centro Médico de la Universidad de Columbia explica que cada persona tiene un aroma que es exclusivamente suyo gracias a nuestros componentes genéticos. Dicho "olor" es percibido por el olfato del otro, su sistema inmunológico lo reconoce y posteriormente considera si eso es atractivo o no.

Pero a qué nos referimos con un "HLA atractivo". De acuerdo con la Dra. Nina Lauterbach, la selección se hace con base en quién tiene los genes para mejorar nuestro propio perfil genético una vez que tengamos descendientes.
Es un proceso de selección subconsciente en donde escogemos potencialmente a los mejores proveedores de genes para nuestros hijos.
«Aunque pensamos que seleccionamos a nuestra pareja en función de un rostro atractivo, carisma o ingenio, sin que lo sepamos, también se reduce al hecho de que somos instruidos por nuestros instintos y nuestras necesidades subconscientes para una procreación saludable»

No son "olores" iguales los que se atraen sino aquellos que comparten una gran disimilitud o diferencia con el propio. Es decir, nos agradan personas que tienen un antígeno leucocitario humano muy distinto al nuestro.
Los investigadores de la Universidad de Dresden entrevistaron y analizaron el ADN de más de 250 parejas y descubrieron que la poca semejanza entre su HLA influye en la forma en la que se relacionan, se sienten atraídas e incluso llegan a experimentar el deseo de procrear.

Asimismo, confirmaron que el HLA único que tiene cada individuo es identificado por el cuerpo gracias a la nariz. Se cree que las células olfativas tienen la capacidad de reconocer el antígeno leucocitario humano del otro, el cual suele desprenderse por el sudor o la saliva.
Una vez que lo identificamos por la nariz, nuestro sistema inmune selecciona si ese es un HLA que nos conviene o no.

Por su parte, la Dra. A. Bordone ahonda en que no sólo es el aroma específico y natural de la persona, sino toda una combinación con su perfume, shampoo, jabón, desodorante y demás productos y esencias con las que el individuo convive día a día. Todos estos aromas influyen en el "producto final" de olor que nos cautiva.

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