Cuando se menciona el término "erección", por lo general se piensa en el miembro reproductor masculino. Pero lo que no todos saben es que una parte del cuerpo de las mujeres también tiene la capacidad de tener una erección: el clítoris.
Las mujeres también tienen erecciones nocturnas y esta es la explicación científica

Existen diversos mitos alrededor del clítoris, debido al tabú de hablar del placer sexual femenino. Pero cada vez más se conocen las características de este órgano. Por ejemplo, ahora se sabe que el clítoris y el pene comparten algunas peculiaridades, como la presencia de tejido eréctil en ambos órganos, de acuerdo con la Doctora y educadora sexual Sadie Allison.
El tejido eréctil cuenta con espacios vasculares que se llenan de sangre, lo cual permite que se levante o se vuelva rígida la parte del cuerpo en la que se encuentra presente. El ejemplo más común se encuentra en el pene, el cual —mediante la estimulación que aumenta el flujo sanguíneo— consigue una erección para que el sexo sea posible.

Pero el pene no es el único órgano que cuenta con este tipo de tejido. El clítoris también presenta esta composición, de acuerdo con la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston. Cuando un embrión se desarrolla en el vientre materno, en él se forma una vulva. Si los cromosomas son XY entonces el tejido que podría ser un clítoris aumenta de tamaño para convertirse en un pene. Así lo explicó la Dra. Sadie Allison.
Así como el miembro masculino, el clítoris también cuenta con un capuchón de piel que lo protege, al tratarse de una parte llena de terminaciones nerviosas. Es más, las mujeres también pueden tener sueños húmedos, un fenómeno que por lo general se asocia con los hombres. Un estudio de 1985 comprobó que las mujeres con sueños eróticos podían sentir orgasmos mientras dormían. Hasta el flujo sanguíneo vaginal se elevaba. Y sí, también como el pene, el clítoris tiene erecciones.
No son tan evidentes como las que presentan los hombres, porque el clítoris carece de los otros tejidos que le permiten levantarse y endurecerse al pene, como relató la Universidad de Boston. Pero el incremento en el flujo sanguíneo sí logra hincharlo, lo que aumenta su tamaño. No se trata del mismo tipo de erección, pero ambos órganos se parecen más de lo que se pensaba.
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