Lili Diaz
4 de marzo de 2020

Washington D.C es la cuna de la política en Estados Unidos y dentro del Capitol Hill los miembros de la Cámara de Representantes realizan reuniones y audiencias para hablar sobre la situación del país.
Muchos exponen su punto de vista de algún tema en específico, sin embargo, hay ocasiones donde los discursos rebasan la monotonía y son escuchados atentamente por los presentes.

Este fue el caso de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez representante del distrito 14° en Nueva York, tanto en el Bronx como Queens.
Ella ha dejado en claro su opinión sobre la postura de la reciente administración gubernamental en cuanto a la discriminación.

La mujer de descendencia puertorriqueña tomó el micrófono para dar un discurso que dejó muda a toda la cámara.
Mencionó que escuchar argumentos para justificar la intolerancia mediante escrituras y armas es una de las cosas más difíciles.
La atención se centró en su discurso al expresar lo siguiente:

Siento como si Cristo mismo hubiera atravesado estas puertas hace años.
Deberíamos amar a nuestros vecinos y a nuestro enemigo.
Deberíamos dar la bienvenida al extraño, luchar por el menor de nosotros.
Es más fácil para el camello pasar por el ojo de la aguja que para un hombre rico entrar en un reino de los cielos, sería calumniado como un radical y rechazado por estas puertas.

Para ella y su fe todas las personas son sagradas incondicionalmente y eso es lo que debería impulsar a transformar pues se ama a todos por igual.
No hay nada de sagrado en rechazar la atención médica de las personas, sin importar quiénes son por su identidad.
No hay nada sagrado en alejar a alguien de un hospital.

Expuso que se invoca la libertad religiosa en nombre del fanatismo y discriminación.
Lo que no es nada bueno, pues en la administración de Trump avanza la idea de que la religión y la fe se tratan de exclusión.
AOC invitó a demócratas y republicanos a no negar atención médica, vestir a los pobres, alimentar a los hambrientos y amar a todos como a nosotros mismos.
La lucha por la igualdad siempre ha sido larga, pero la mujer de 30 años hizo una fuerte declaración lanzando un llamado al trabajo en equipo y no un división en la Cámara para el bien de la sociedad americana.
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