La lucha contra el cáncer es uno de los retos de la medicina moderna. Los científicos no han parado de hacer investigaciones que les lleven finalmente a curar una de las enfermedades más terribles que azota a la humanidad. Estudios recientes ofrecen una manera novedosa de combatirla: el calor. Este puede ser usado para eliminar las células cancerígenas del cuerpo sin que se produzcan efectos secundarios.
Calor vs. cáncer: nuevas estrategias de la medicina
Hace tiempo se sabe que estas células malignas mueren cuando la temperatura es mayor de 43 grados Celsius; sin embargo, este proceso produce daños en las células sanas adyacentes. A partir de ahí se ha sugerido que pueda inyectársele al paciente una dosis de nanopartículas de óxido de hierro ―con el objetivo de magnetizarlas― y se le coloque en un campo magnético. El efecto es que dichas partículas se excitan y comienzan a elevar su temperatura, provocando que la zona enferma muera y quede protegido el tejido sano.
Los resultados de los ensayos clínicos aplicados a humanos son moderados. La causa radica en que la interacción de las partículas diminutas es muy baja y se requiere aplicar una dosis grande de ellas para producir el calor suficiente. Aunque estas partículas no son tóxicas en sí mismas, al parecer en esas cantidades sí pueden afectar el sistema inmunológico del cuerpo.
Mas he aquí que unos investigadores generaron una nueva nanopartícula que se calienta 10 veces más que las convencionales, por lo que sólo se aplicaría un 10 % de la dosis inicial. Se usó una muestra de tres ratones a cuyos abdómenes se les injertó células cancerígenas humanas. Luego se les inyectaron las partículas y se les colocó en una bobina que tenía un campo magnético. Se estima que las temperaturas fueran de 43 a 48 grados Celsius.
A los 10 minutos se devolvió a los ratones a la normalidad y se les dio seguimiento por 4 semanas. Todo indica que no hay rastros de tejido cancerígeno y que tampoco se produjeron daños colaterales. Ello no sólo ha sido una grata sorpresa para los científicos, sino que les ofrece una herramienta importante en la ardua tarea que significa la lucha contra el cáncer.