Piercing debajo del labio

Publicado 9 Abr 2011 – 12:20 PM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT

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Mi primer piercing fue el de la nariz, bastante discreto para empezar. Pero todos sabemos que los piercings y los tatuajes son casi un vicio, una vez que obtienes el primero te quedan ganas de seguir repitiendo la experiencia. Así que unos meses después fui por el segundo: un piercing debajo del labio. De ahí en adelante me he hecho un aproximado de 23 piercings, de los cuales sólo conservo 5. Uno de ellos es mi labret. Ya tengo casi 15 años con él y dudo que me deshaga de mi piercing, es uno de mis favoritos y el de cientos de personas.

Los piercing debajo del labio son mis preferidos, definitivamente. En primer lugar, son muy estéticos, quedan bien en casi cualquier tipo de rostro y son muy versátiles. Puedes hacerlos más discretos con sólo cambiar el tamaño de la joya, además que es posible combinarlos con tu atuendo cambiando la esfera por otra de un color a juego, pues no es nada engorroso el procedimiento.

Los piercing debajo del labio tienen su historia. Fueron tradicionales en las tribus de los pueblos originarios de la Costa Noreste de América, y se relacionaban con el estatus, es decir, llevar un labret era símbolo de posición social elevada y distinguida. En estas tribus era más usado por los hombres, pero luego se extendió su uso a las mujeres para representar su distinción ante los demás miembros de la tribu y sus múltiples virtudes.

En nuestra cultura los piercing debajo del labio se llevan por razones más bien estéticas. hay muchos tipos de labrets, basados en la posición que ocupan bajo el labio. Esto incluye los labret verticales, hechos desde la parte superior del labio inferior; los snake bites (dos piercings situados bajo el labio inferior, uno en cada extremo); también están los lowbret, que son los que se localizan lo más cerca posible a la barbilla y hay quienes expanden sus perforaciones.

Les dejo una serie de videos y fotografías para que se familiaricen con el proceso de perforación y el resultado final. Desde mi experiencia les comento que es prácticamente indoloro y es mi favorito por una simple razón: suelo morderlo suavemente cuando estoy molesta o muy concentrada, por lo que les advierto que si se animan a tener uno y adquieren esta costumbre que deben ser delicados si no quieren desgastar sus dientes, no me ha sucedido, pero no está de más ser cuidadosos.